1.- Control de infección: una práctica de control de infección garantiza al paciente una atención libre de transmisión de microbios, sin riesgos de contraer enfermedades infecciosas.
 

2.- Montaje en articulador: los modelos de yeso son montados en articuladores especiales, en la misma posición en que los dientes y los maxilares están en el paciente, para un mejor diagnóstico de la maloclusión.

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3.- Cefalometría computada: utilizamos programas especiales de computadora, para estudiar la posición de los dientes y el crecimiento de los huesos maxilares. 

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4.- Cepillado y control de placa bacteriana: un programa de cepillado y control de placa se hace rutinariamente en todos los pacientes para evitar descalcificaciones, caries y enfermedades periodontales durante y como consecuencia del tratamiento de ortodoncia.

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5.- Técnica indirecta: utilizamos esta técnica en forma rutinaria, para una rápida y perfecta colocación de los aparatos de ortodoncia (braces). 

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6.- Uso del arenador: después del retiro de los aparatos de ortodoncia, utilizamos chorros de óxido de aluminio, para quitar el cemento que los pegaba a los dientes y evitar daño al esmalte. Luego se pule la superficie del mísmo, con gomas especiales. 

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7.- Topicación de flúor: después de instalar y de quitar los aparatos de ortodoncia, realizamos topicaciones de flúor para fortificar el esmalte dentario.

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8.- Tratamientos tempranos: realizamos tratamientos ortopédicos y funcionales en niños, para corregir problemas óseos y de crecimiento, evitando el agravamiento de las maloclusiones.

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9.- Sistema informático: todas las Historias Clínicas (records) de los pacienes con su estado financiero están computarizados, lo que garantiza una atención rápida y segura. Estados de cuentas son enviados periódicamente.